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sábado

Una nueva vida

Hace mucho que no escribo en este espacio, y en ese mucho me han sucedido muchísimas cosas, unas buenas y otras no tanto, sin embargo aquí seguimos, alegremente viviendo…

El otro día me encontré a un amigo, con el que solía ir al billar, a bailar, fumar un cigarro y platicar. HACE DOS MESES QUE NO FUMO UN CIGARRO le dije, y enseguida me ofreció uno, pero lo que no entendió es que no se lo dije como si tuviera la necesidad de fumar, sino como una satisfacción que tenia al no haber inhalado veneno desde hace ya bastantes días… y pues me preguntó si ya era testigo de Jehová o algo así, pues a casi un año de no vernos se le hizo raro que no quisiera fumar ni tomarme una cerveza.
Simplemente esas cosas ya no se me antojan, en años anteriores y con amistades anteriores salía de antro y me embriagaba y fumaba y llevaba una vida poco decorosa espiritualmente hablando, se me hacia que debía divertirme y tomar de la vida lo que se me antojara pero… ya no lo hago.
Es decir, sigo tomando de la vida lo que se me antoja pero he dejado de atentar contra mi salud, por fin he comprendido que hay cosas insignificantes que pueden llegar a ser muy malas, si las sigues haciendo y también caí en la cuenta de que son cosas que la mayoría de la gente hacemos porque los demás las hacen. A veces decidimos aprender a fumar porque los amigos ya fuman y si nosotros no nos incluimos en su club de vicio pues nos señalan, hay quienes también lo hacen para verse cool, bueno al menos eso piensa mucha gente, que se ve cool pero me he fijado que mucha gente sigue sus vicios frente a los niños, y pues estos aun no saben lo que es bueno y lo que es malo para su salud, pero al ver a los padres o hermanos hacer cosas dañinas pues piensan que esta bien y deciden de grandes hacerlo.
He dejado de fumar, de beber, es mas ya casi no digo groserías ni me quejo. Yo era una persona quejosa y a la que le valía un cacahuate la vida y las demás personas, ahora vivo y dejo morir.
Y es que ya no siento que me haga falta salir con los amigos a envenenar mi cuerpo o a ofertarlo o esas cosas que hace la gente cuando anda de antro, ahora mis necesidades se basan en compartir con la gente que amo muchas cosas, y es que, cuando te dedicas a andar con los amigos te olvidas un poco de la vida de familia y al ultimo se convierten en unos desconocidos que comparten la misma sangre pero nada mas.También en estos últimos días me doy cuenta de que en su mayoría la gente que me rodea es pobre de espíritu, valoran mucho las cosas materiales y mundanas, el sexo, el dinero, la apariencia, la fama, y muchas otras cosas que la misma gente proporciona… yo me he dado cuenta de que esas cosas no son para siempre y además corrompen al ser humano. Hay muchas otras cosas que me han sucedido y que quisiera compartirlas pero esos son temas de otros post, mientras me quedo con esta sensación de haber regresado a contarles lo que me ha pasado, algunos lo valorarán y otros lo leerán y ni siquiera lo pensarán, pero así es y así ha sido. EL QUE TENGA OIDOS PARA OIR, QUE OIGA